lunes, 22 de septiembre de 2008

Shanghai 2007

Ni hao!!!. Pues si, un viaje soñado e inesperado al mismo tiempo, gracias a un buen amigo, muy buen amigo que se fue a hacer fortuna por aquellas tierras lejanas de Genghis Khan, pude ir a visitarlo y conocer aquel país lleno de contrastes y tan diferente al nuestro.

El destino era Shanghai, una cuidad de mas de 25 mill de habitantes, media España en una sola cuidad, impresiona de verdad. Me reuní con Jorge, mi amigo loco aventurero y su hermano que llegaba la misma hora que yo, pero desde Londres (viaje que hice después para visitarle).

Me encuentro con Jose Miguel en el aeropuerto y quedamos con Jorge en el centro de la cuidad, para ello, cogemos el Maglev, tren rápido cuya característica principal es la levitación, si como leeis, levita no tiene ruedas.

Se mantiene en el aire gracias a un complejo sistema de electroimanes que se van activando a medida que el tren avanza provocando el desplazamiento. La velocidad es impresionante, 431km/h, casi ná, y sin hacer un sólo ruido a su alrededor, por que no hay rozamiento con los raíles.


Al llegar a Shanghai un poco lo esperado, enormes edificios y muchos chinos... El bullicio de la ciudad es impresionante, gente por todos los lados, coches sin orden ni concierto, un caos ordenado, incompatible con cualquier occidental que pretenda conducir. El día de llegada es el previo al año nuevo chino, el año del cerdo, todos los sitios están adornados en rojo, color nacional, neones por doquier, les vuelven locos y ruido, mucho ruido, sobre todo de fuegos artificales.

Directamente nos vamos a hacer una compritas, es lo suyo, recuerdo a todo el mundo y lo primero que me llama la atención es la necesidad de regatear, si no se hace te engañan como a un "chino".

Los mercados enormes, alli todo es así, te dan precio y te preguntan cuantos te llevas. Empieza el show; la ropa además de ser muy barata, siempre empiezan pidiendo barbaridades incluso para un europeo, pero fácilmente se puede llegar a la 3ª parte del precio inicial. Para que os hagáis una idea logré 3 bolsos y un par de zapatos por 400 yuanes ("chilindrines"), es decir unos 40€, la proporción del Yuan es de 10 a 1 más o menos. Es fácil volverse loco y comprar por comprar por lo que te puedes gastar una pequeña fortuna, pero rápido aprendes a seleccionar y comprar con algo más de calidad.

Recorrimos bastantes puntos de la ciudad, por la noche visitamos la Pearl Tower, la Perla de Oriente, es la tercera torre de comunicaciones más alta del mundo, y cenamos en la parte alta que es un restaurante giratorio, donde se divisa todo Shanghai.

La entrada a la torre, museo y restaurante todo por 28€, merece la pena. Ver Shanghai desde las alturas, es cuando aprecias lo enorme que es esa ciudad, ver edificios de 40 plantas y tener qu bajar la cabeza, dice todo.

El pertinente masaje va a continuación de la cena, estamos rotos del viaje y nos lo merecemos. Un masaje de cuerpo entero, empezando por los pies a modo Reiki, primero los pies sumergidos en aceite caliente, para luego masajear todo el cuerpo, algo que te deja nuevo. Muy recomendable, nada parecido con los masajes en Thailandia con lo que conlleva, aquí los masajes son eso, masajes y el que quiera otra cosa pues existen una especie de antros, que por el día son peluquerías y por la noche se transforman en "masajitos plus".


Por la noche el ruido de los pertados era ensordecedor, los chinos celebraban la entrada del año y huele a pólvora por todos los lugares de la cuidad, el neón no para de parpadear y la gente lo celebra por todas las calles, alguno jugándose la vida sin conocimiento alguno, lástima ese video que borré por error, confirmaríais lo que os digo.

Ya de día visitamos varios templos, y jardines, lo más típico. El templo del "Buda Feliz" precioso una pasada, y más ese día las colas llegaban al otro lado de la calle. La gente adora al buda, con incienso e inclinándose ante él.

Cientos de personas se agrupan incluso dándose codazos entre ellos para poder realizar su ofrenda, una delicia perderse por dentro del templo, altamente recomendable para sumergirse un poco en aquella cultura. Cerca está el jardín de Yu Yuan, al lado de un gran zoco comercial, donde se puede comprar y comer de todo, la comida merece mención aparte, no se pasa hambre pero hay que acostumbarse a ella, y si eres arriesgado, pues puedes comer todo tipo de bichejos, sin problema, eso sí cuidado con la comida en los puestos de la calle, que la hagan bien, bien hecha.


El Jardín es algo que no hay que perderse en Shanghai, dentro el tiempo se para. El bullicio del exterior no se oye dentro. Es un lugar cerrado donde el agua toma el protagonismo, flores y edificios para perderse y entrar en un trocito de la antigua china.

El jardín está protegido por un dragón de siete cabezas que guarda al emperador cuando pasea por los jardines tipo Zen, que como os digo practicamente es todo. Más que mil palabras unas fotos os hará ver mejor a que me refiero.


Acabada la visita, recorremos diferentes puntos de la cuidad, el Bund, el Metro, diferentes barrios, etc. para acabar en la estación de tren camino de Wuxi, cuidad donde reside Jorge, a unos 150km de Shanghai. Oh sorpresa, se le ha olvidado sacar los billetes con antelación y tenemos que esperar una cola de más de 2h. El resultado es que nos dan asiento de 3ª de pie, opsssss y para colmo es el tren lento que hace ese trayecto en unas 3 horas y media y nosotros cargados con las maletas y los regalos, una locura que acaba con nosotros.

Ya en Wuxi, un pueblo de más de 4 mill de habitantes, es muy parecida a Shanghai, edificios enormes, grandes avenidas, pero con una diferencia, sólo hay chinos muy pocos occidentales, una pequeña comunidad pero muy pequeña. Españoles 1. Llegamos a su casa un pequeño chalet en una zona noble de Wuxi, muy agradable, esa será nuestro campamento base.

En Wuxi hay varias cosas que ver, Nanchan Temple es muy bonito, templo rodeado de un zoco muy singular, la casa del Té, impresionante y la ciudad en general, esta bastabte bien. Recomiendo visitar alguna discoteca nocturna, jejeje, curiosa manera de bailar los chinos...

Abundan tiendas de té, recomendable comprar te de jazmín y té verde, secreto de pocas arrugas en el rostro de los chinos, lo beben constantemente. Puede echarse agua al té tres veces, a ellos les gusta más la segunda agua es menos fuerte.

Te lo ofrecen constantemente por lo que beberlo sin compromiso de comprar nada, es habitual. Dentro del zoco hay varios mercados, plantas, preciosos bonsais, animales, peces vivos en cubos y pollos vivos, de varios colores, con cresta azul..etc. y artesanía. Su visita es casi obligada.
Por lo demas es una gran cuidad aunque para ellos sea un pueblo a las afueras de la gran urbe Shanghai. A destacar el lago Taihu y sus islas.

Durante los siguientes días visitamos varias cuidades, Suzhou, es la venecia del sur de China cuidad rodeada por canales iluminados por la noche con neones, muy bonitos donde abundan los jardines llenos de pagodas. Allí está el museo de la Seda, buena visita, y comprar todo de bastante buena calidad y precio.

Quian Zhou, una cuidad más pequeña que las anteriores, donde nos invitaron a cenar en una cena típica de año nuevo, con dos familias chinas, alrededor de una mesa redonda donde en el centro hay un cristal que gira para poder acceder a todos los platos, algo inesperado que nos agradó mucho, lo pasamos muy bien e hicimos lo que pudimos con los palillos y con al comida, china de verdad. Gracias Wang.
Una cosa nos llamó poderosamente la atención, la bebida la llevaron de casa, eso se puede hacer, comprar la comida y te la llevas si sobra en tuperware, pero el vino y los licores los llevan desde casa.

Al día siguiente visitamos un templo al otro lado del lago Taihu, Li Shang Temple donde hay un buda de pie, el único existente que mide más de 90 metros algo impresionante.


Un gran templo en todas sus formas y en el más amplio sentido de las palabras, en la foto se puede ver mejor, nos dejó con la boca abierta y no creo que muchos occidentales conzcan ese sitio tan remoto.
Lo divertido de ese paseo fue el trayecto en coche. Allí las normas de circulación, brillan por su ausencia, si hay que girar a la derecha se hace con toda normalidad, ya que si no ves venir al de la izquierda no pasa nada, basta con girar la cabeza hacia la derecha, uno se mete y punto. Los cambios de sentido, igual, si está asfaltado porque no ir por ahí. Que uno va más lento y tienes que adelantar, pues eso mismo, se adelanta, por la izquierda, derecha, arcén o incluso por el carril contrario, y el que venga de frente pues que se aparte. Lo que os digo un caos, ordenado, pero para ellos.

En fin, estuvimos 11 días lo pasamos de lujo y nos encantó conocer ese nuevo destino. Recomendable para ir, pero si es posible con alguién que te guie, no controlan mucho inglés y es dificil hacerte entender, tanto letrero chino llegar a agobiar, pero aun así es una experiencia increible.
Visitad China si podeis.
Xie Xie!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta interesante descripción!!!

Dan ganas de visitarlo.

Unknown dijo...

Hay gente francamente que dispone de mucho tiempo libre, vida esta.